La producción de setas micorrizas y el crecimiento de los árboles, sincronizados a los bosques mediterráneos

Una investigación liderada por la UdL y el CTFC analiza datos de cuatro décadas en España, Finlandia y Suiza

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El ceps es una especie micorrizica, en relación de simbiosis con los árboles / Foto: CTFC
La producción de setas micorrzas, como el ceps y el robellón, está relacionada con el crecimiento de los árboles con los que establecen simbiosis en los bosques mediterráneos. Un hecho que no se repite en las regiones bioclimáticas boreales o templadas. Así lo demuestra una investigación liderada por la Universitat de Lleida (UdL) y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), recientemente publicada a la revista Science of the total environment.
 
La investigación recoge por primera vez datos recopilados durante casi 40 años en España, Suiza y Finlandia; creando la mayor base de datos elaborada hasta el momento sobre producción de setas a Europa. El autor principal, Eduardo Collado del departamento de Producción Vegetal y Ciencia Forestal de la UdL y del CTFC, explica que han analizado las relaciones entre el rendimiento anual de las setas (teniendo en cuenta tanto la biomasa como el número de esporocarps por unidad de área), las características de las sortijas de árbol (anchura, crecimiento de primavera y crecimiento de verano) y las condiciones meteorológicas (precipitaciones y temperaturas).
 
Así han podido comprobar que las sincronías significativas entre el rendimiento de las setas micorrízics y las variables climáticas y dendrocronològiques (sobre el crecimiento de las sortijas de los árboles) se dan principalmente en lugares mediterráneos más secos, mientras que en las regiones boreales y templadas hay pocas o jefe. "En condiciones limitadas de agua, como las de la región mediterránea, tanto la producción de madera como la de setas son más sensibles a las precipitaciones, cosa que comporta una mayor sincronía entre las dos variables", explica Collado. Así, cuando llegan las lluvias de otoño aumenta la productividad de setas y el crecimiento en anchura de los árboles.
 
Los resultados también revelan que la producción de setas en bosques boreales oscila entre los 63 y el 100 kilogramos por hectárea y año, mientras que en regiones mediterráneas esta cifra puede llegar a los 225 kilogramos (tanto de comestibles como de no comestibles). 
 
Esta investigación se ha realizado con la colaboración otros investigadores de las universidades de Cambridge (Reino Unido), Oulu (Finlandia), y Valladolid; así como del Instituto Pirenaic de Ecología, el CITA de Aragón, el Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de Palencia, el Instituto Europeo de Micologia de Soria, el Instituto federal de investigación de Suiza y el Instituto de Recursos Naturales de Finlandia.