Alertan del riesgo de excluir los veterinarios en la lucha contra la COVID-19

La ETSEA subscribe el comunicado de los centros universitarios que imparten esta titulación

Descargar pdf
CienciaSalutAnimalUdL
En la ETSEA se puede cursar la doble titulación: Grado en Veterinaria y Grado en Ciencia y Producción Animal. FOTO: ETSEA-UdL

La Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSEA) de la Universitat de Lleida es uno de los centros suscribientes el Comunicado de la Conferencia de decanos/se de facultades de Veterinaria del Estado español (CDVE) que reclama que se incluyan los profesionales de este ámbito en las comisiones de expertos para luchar contra la COVID-19. La ETSEA imparte la doble titulación: Grado en Veterinaria y Grado en Ciencia y Producción Animal.

 
COMUNICADO SOBRE EL RIESGO DE EXCLUIR LOS VETERINARIOS/SE DE LA SALUD PÚBLICA
 
"Ha hecho falta la irrupción de un virus como la SARS-CoV-2 porque la clase política se decidiera a reforzar la sanidad y la salud pública. Este es el objetivo del Grupo de trabajo Sanidad y Salud Pública constituido en el seno de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica, integrado por un total de veinte parlamentarios de los cuales únicamente cinco son titulados en ámbitos pertenecientes a las ciencias de la salud: tres en medicina, uno en enfermería y otro en farmacia. De los seis miembros no parlamentarios propuestos por diferentes grupos políticos para formar parte de este grupo de trabajo, cinco son médicos. Ni rastro de veterinarios y veterinarias en este grupo de trabajo, y ausencia total de estos profesionales entre los treinta y cuatro expertos invitados a comparecer ante esta subcomisión. Y todo esto a pesar de que se estima que el 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes del ser humano tienen su origen en los animales, como es el caso de la SARS-CoV-2.

Son precisamente estas enfermedades, originadas por la estrecha relación del hombre con los animales, las que representan una clara amenaza para la preservación de la salud pública. Esta evidencia propició la aparición a comienzos de la década del año 2000 del concepto "One Health, una sola salud para preservar nuestro futuro", que resume en pocas palabras el estrecho vínculo existente entre la salud humana, la salud animal y la del medio ambiente, por lo cual resulta imposible proteger la salud de la población sin tener en cuenta los otros dos componentes que forman parte de la ecuación.
 
La exclusión de los veterinarios del proceso iniciado para reforzar la Sanidad y Salud Pública demuestra la nula implantación del enfoque "One Health, una sola salud" a nuestro país, y esto a pesar de que la Organización Mundial de la Salud reconoce que es la única vía posible para evitar que se produzcan emergencias sanitarias como la que estamos viviendo. Tanto la composición de la subcomisión responsable de mejorar y reforzar el sistema de salud pública, como el listado de expertos invitados a comparecer ante la mencionada subcomisión, reflejan que todavía hoy en día se equipara erróneamente el concepto Salud Pública a la atención asistencial y hospitalaria, olvidando que la prevención es la herramienta más eficaz que tenemos para proteger la salud de la población.

La COVID-19 ya está entre nosotros, y la crisis sanitaria a la cual nos ha abocado nos ha hecho olvidar que el origen de esta enfermedad se encuentra en el salto de un virus del animal a las personas. Hemos olvidado que el hecho que este salto se haya producido en China es meramente circunstancial. Hemos olvidado que un salto pareciendo puede producirse por parte de otro virus proveniente de otra especie animal. Y hemos olvidado que este salto puede producirse en cualquier país del mundo. Y, sobre todo, hemos olvidado que si se hubiera evitado el salto de la SARS-CoV-2 del animal a las personas hoy no estaríamos viviendo una pandemia de consecuencias devastadoras a todos los niveles.
 
No es la primera vez que se excluye a los veterinarios y las veterinarias. Estos han estado sistemáticamente excluidos de los diferentes comités que se han ido creando para gestionar la actual crisis sanitaria. Si bien el error de excluirlos podría entender, que no justificarse, por la necesidad urgente de hacer frente a la SARS-CoV-2, cometer el mismo error en la hora de planificar el reforzamiento de la Salud Pública no tiene justificación posible. Y sería un grave error político que la ciudadanía no tendría que olvidar, puesto que son nuestros gobernantes los responsables de velar por la salud de la población.
 
Hace falta no olvidar que la COVID-19 es una enfermedad zoonótica. Y no hay que olvidar que la SARS-CoV-2 ha demostrado la capacidad de infectar a algunas especies de animales domésticos que puedan mantener contacto con personas infectadas, como son perros, gatos y mustélidos (hurones y visones). El sacrificio de cerca 92.700 visones de una granja de Terol al detectarse que el 86,7% de los animales eran positivos a la prueba de PCR para detectar la COVID-19, si bien no mostraban signos clínicos compatibles con esta enfermedad, es un ejemplo más que demuestra la importancia de incluir estos profesionales en el proceso de reconstrucción de la sanidad y salud pública. Las cadenas de contagio no se producen exclusivamente entre personas. Las cadenas de contagio también se producen entre especies.
 
Se puede continuar negando la evidencia y mantener la exclusión de los veterinarios y de las veterinarias cuando se traten temas relevantes en el ámbito de la Salud Pública. Lamentablemente será la ciudadanía la que pagará las consecuencias de este grave este error, pero nuestros gobernantes no podrán decir que no estaban avisados.
 
Si "rectificar es de sabios", esperamos que, por el bien de todos, nuestros políticos sean capaces de hacerlo".

 

Texto: Oficina de Prensa UdL